Yo en tu vida solo soy un simple peón, el cual mueves a tu antojo. Ahora arriba, va venga sigue adelante, se feliz, si, se feliz porque hoy me toca quererte a ti mi querido peón.
Supongo que te extrañara que compare tu vida con una partida de ajedrez, pero la define a la perfección, tú tienes que elegir la partida perfecta, avanzar poco a poco y provocar contradicción en tu contrincante. Pero, seamos sinceros, yo nunca quise ser tu contrincante, es más, yo nunca quise jugar contra ti. Solo te pedí una cosa:
-quiéreme
Y tú en cambio ¿qué haces? Sacas el tablero, y juegas. ¿Qué quieres jugar? Pues juguemos, sabes que a nada te veo a decir que no, pero eso sí, te lo advierto: si pierdes elegiré yo como jugar, y en esa partida tú solo serás mi endeble e inútil peón. Prepárate