Te podría empezar diciendo que adoro como se te contraen los
músculos cuando hacen girar uno de tus pocos vicios, o que me gustaría empezar a fumar solo
para poder hacerlo después de acostarme contigo. Te podría decir, aunque igual
suena repetitivo, que tienes la risa más espeluznante y más perfecta de todas
las que he oído en mi vida, y de todas las que he soñado, que no son pocas, te
lo aseguro. Te podría decir, aunque posiblemente ya lo sepas que tengo
dependencia hacia tu sonrisa y adicción a lo que cubre tus costillas, y que me podría
pasar toda la vida contemplando tu espalda y buscando amaneceres en ella. Te podría
decir también que quiero volverte tan loco que solo puedas pensar en mi, ya que
tu ocupas el hemisferio derecho de mi cabeza, el izquierdo de mi corazón y mis
pulmones por completo, que no puedo respirar tranquila si no te tengo cerca,
eso lo debes saber ya. Te podría decir también que, si me dejas, te voy a hacer
el amor tan fuerte que juro que la Torre Eiffel va a temblar tanto que desearía
no haberse postrado jamás en esa ciudad que hechiza a los enamorados. Y ya que
me sacas el tema de hacer(nos) el amor te diré que estoy harta de que te cueles
en mi cama por la noche y desaparezcas con los primeros rayos de sol, que como
sigas así voy a ponerle un candado a mi cuarto, y otro a tu corazón y pienso
esconder la llave debajo de todos tus abdominales y de todas mis ganas de que
seamos uno. Y por ultimo, te podría decir que estas a sobre aviso, voy a
comerte, por muy picantes que estén tus labios o muy dulce que sea tu sonrisa.