Y de repente apareces, TÚ, inesperado, te cuelas en mi habitación, y aunque lo intente no consigo sacarte de allí. Me saludas despreocupado, aunque sabes que lo que haces no está bien, pero te gustan los riesgos, y para ser completamente sinceros, a mi también.
Y te tumbas en mi cama, sin dejar hueco a mis pensamientos de olvidarte, y me llenas la cabeza de historias pasadas, y algún que otro sueño por cumplir, alguno quizás hasta juntos.
Y me dejo atraer hacia ti, hacia tu cuerpo bronceado por los primeros rayos de sol del verano, y por primera vez en mucho tiempo, me siento protegida, entre tus brazos no me puede pasar nada, y una canción inunda nuestros oidos, da igual la canción que sea, porque en ese momento nos parece preciosa.
Y poco a poco esa canción se va haciendo lejana, cada vez más, solo estamos TU y YO, y cuantas veces soñé que formaramos un NOSOTROS.