Sigues sin conocerme.

No creas que tienes ventaja, no me conoces tan bien como crees. Podrás saber que me superan las peliculas de miedo, que comería chicle a todas horas, que odio los deportes que impliquen utilizar un balón o que me pierde el chocolate. Pero esto, no es conocerme. No sabes que me encanta el verano y la playa o que odio el invierno y la nieve. Que adoro todo aquello que lleve, tenga o sea de coco y que me encanta sentarme en el suelo. No sabes lo poco que me gustan los aviones, que sueño cosas increibles o que odio que me agobien. Me encantan las camisetas blancas y los vaqueros. Odio el humo y cualquier cosa que se pueda fumar. Adoro mis converses negras y las Belstaff. Y me encantan los cuentos de niños con finales felices. Pero lo más importante es que sigues sin saber que hago lo imposible por lo que quiero, que odio estar enfadada con alguien y que no aguanto la hipocresia, la prepotencia, el victimismo ni los reproches.