mr.snake

Fue encontrado en nuestra mágica habitación de la ciudad eterna, junto a un par de rosas secas, un viejo diario que contaba la siguiente historia: "Una inocente doncella, enamorada del príncipe al que servía, harta de satisfacer todos sus deseos y necesidades, tomó la difícil decisión de no volver a arrastrarse por ningún otro príncipe que no se ganara su amor, sus sonrisas y sus palabras bonitas."

sábado, 30 de junio de 2012

Giggles.

Paso de ser la persona mas feliz del mundo cuando me coges por la cintura y me aprietas contra tu pecho, a sentirme tremendamente sola cuando me sueltas. Creamos una perfecta realidad bajo las sabanas, donde solo existimos tú y yo, y lo único que vale son las cosquillas y los besos en el cuello. Me encanta que me abraces tan fuerte que parezca que tengas miedo a que me esfume, que me hagas cosquillas en los pies y dibujes un perfecto mapa de mi tripa hasta encontrar mi ombligo. Me gusta que arrastres los dedos por mi espalda, acariciando el broche de mi sujetador y que luego subas hasta los hombros para bajarme suavemente los tirantes. Me encanta que te quedes mirandome fijamente a los ojos, creyendo que el tiempo se ha parado, que el mundo entero se ha detenido, y que derrepente estallemos en una carcajada a la que siguen mil besos mas. Me gusta retorcerme impidiendo que me quites la camiseta y que me amenaces con quitarmela a mordiscos como no me este quieta. Me encanta dormir contigo y que me despiertes mil veces por la noche. Me gusta dormir a tu lado, y mucho mas levantarme y verte a escasos centímetros.

sábado, 16 de junio de 2012

Te escribo como despedida a ti que prometiste no olvidarme


Te escribo como despedida, como tendría que haber hecho hace ya algún tiempo. Te escribo tal y como se, con puntos y comas, con sentimientos y angustias, con odios y te quieros. Te escribo porque es de noche, y porque aunque no lo quiera reconocer te necesito a mi lado. Te escribo a ti, o a tu recuerdo ya ni lo sé. Te escribo porque te odio, o te odio y por eso te escribo, y sigo escribiendo mientras el sol se pelea con la luna para ver si sale ya. Te escribo aunque me gustaría estar en tu cuarto, repleto de feromonas y testosterona, tirada en el horizonte que forma tu cama contigo. Te escribo mientras recuerdo el pánico que me daba caer de tu cama a mi vida. Y tacho el te quiero que jamás te dije y sigo escribiendo sandeces y reproches que no me callo por miedo a que me encuentren una noche y me hagan llorar. Te escribo sin pensar en tu sonrisa ni en donde coloco las comas, y mientras tanto en el vértice de la capital ya es de día y ya solo me queda decir que  te escribo mientras en tu cuarto otra revuelve tus sábanas y decora el lado de la cama donde yo te solía escribir.