me he quedado encerrada en tu vida

Otra vez aquella habitación, hacía tiempo que no sentía ese cosquilleo cuando subía las escaleras hasta tu portal, si estaba nerviosa, aunque no entendía porque. Me sonreiste mientras me susurrabas muy bajito que me olvidara de todo y yo, una vez mas, te hice caso.
Cerraste la ventana para esquivar las miradas curiosas de los vecinos y empezaste a hacerme cosquillas revolviendo las sabanas hasta que ni ellas se exaltaron cuando me comezaste a dar besos por el cuello. Me estaba perdiendo poco a poco por tu olor y en no mucho tiempo ya estabas descubriendo los pequeños lunares que decoraban mi tripa. Tenía mis largos mechones oscuros completamente enredados con el resto de tu vida y ya no sabía donde terminaba tu cuerpo y empezaba el mio. Sentía como tus caricias recorrían todo mi cuerpo, dejarse llevar, en estos momentos parecía tan fácil. Y ya ves, olvidé completamente el resto del mundo mientras mi concentración se centraba en algo tan simple como perderme en tu cuerpo, que aun le quedaba algo de color aunque el verano se hubiera quedado muy atras. Y asi, sin mas, conseguiste colocarme una sonrisa para lo que quedaba de día.