
Y toma decisiones. Decisiones difíciles de llevar a cabo. Decisiones pensando en si misma, casi egoístamente. Se promete que terminó, que esta lejos de su vida y de sus recuerdos. Y así, poco a poco, va construyendo un pequeño mundo de cristal, en el que pretende sentirse a salvo. Un mundo hecho a base de pequeños gestos, con cierta pasividad cuando lo mencionan, con fingida indiferencia y con promesas de no gastar un instante mas de su vida en él. En muy, muy poco, ya está. Su mundo de cristal. Aparentemente sólido. Entonces es con una mirada, una de sus sonrisas o un simple gesto, que consigue acabar con toda la seguridad que habia intentado aparentar, dejando su mundo perfecto reducido a minúsculos pedazos de cristal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario